PSICOTERAPIA INFANTO-JUVENIL
La psicoterapia infanto-juvenil requiere una atención centrada en el proceso evolutivo en el que se encuentra el/la niño/a o adolescente, ya que se encuentran en pleno desarrollo físico, psicológico, social... La psicoterapia a estas edades requiere de la utilización de diversas técnicas, tanto expresivas como cognitivas, adaptadas al estadio evolutivo del o de la infante o adolescente. Siguiendo modelos Humanistas, en general, donde nos encontraremos con diferentes enfoques, especialmente el Gestáltico, nos centramos en el momento presente, sin perder de vista todo lo acontecido, anteriormente, y en todas las circunstancias habidas o probables. Se tratará al o la infante o adolescente, como un ser individual, que necesita una atención personalizada y propia, sin perder de vista, sus familiares más cercanos, a l@s que se les solicitará que acudan a consulta, en algunas ocasiones y que colaboren y participen, si fuera necesaria ésta.
Cada vez, con bases más científicas y seriamente avaladas por estudios o investigaciones podemos constatar de la importancia de los primeros años de vida, en la vida futura de ést@s y en las consecuencias que puede acarrear problemas no resueltos o expresados en la infancia o la adolescencia. Como refleja la frase ‘Cuidar a un niño evitará un adulto enfermo’, trabajamos desde esta premisa.
Un desequilibrio o malestar emocional durante la infancia o la adolescencia puede tener unas consecuencias importantes a largo plazo, por lo que es de suma importancia que se preste atención a esta sintomatología. Podemos observar cambios en la conducta, en el estado de ánimo, que pueden estar asociados al proceso evolutivo en el que se encuentre o a situaciones contextuales y no normativas como el nacimiento de un hermano, separación de los padres o alguna pérdida importante, y un largo etcétera, que puede afectar de modo subjetivo a cada ser.
En el proceso terapéutico tanto en la infancia como la adolescencia, es necesario que se contemple todo el entorno, que se plantee desde “una visión holística”, donde las madres, padres, profesor@s o resto de familiares o personas que les circundan, tendrán una importancia considerable en éste. A veces, sólo se precisará de un asesoramiento a los padres o personas al cargo de ést@s, ya que los problemas que presentan, pueden ser síntomas debidos a la etapa evolutiva o a cuestiones puntuales, que surgen del propio sistema familiar y/o educativo. En otras ocasiones, el proceso terapéutico se centrará, preferentemente, en la psicoterapia familiar, donde la intervención irá encaminada a ejercer cambios que permitan una buena convivencia y relación, contemplar el lugar que tiene cada miembro en ésta, situar la problemática y reestablecer el equilibrio y el bienestar.
Pero en ocasiones el problema puede requerir otro planteamiento, debiéndose crear un espacio, donde el/la niño/a se sienta seguro/a para poderse expresar libremente, a través de diferentes técnicas y estrategias. Ahí está la función del o de la psicoterapeuta como adulto externo a él/ella y a su entorno que le proporcionará confianza y seguridad que necesita para avanzar en su camino. A través del dibujo, del juego, del movimiento, de la música, la creatividad…etc., el/la niño/a o adolescente tiene la oportunidad de expresar lo que necesite o le surja espontáneamente.