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"Tener más orgasmos no es ser más feliz ni más moderna ni siquiera tiene porque ser más satisfactorio. Hay una búsqueda del orgasmo como si de un producto de moda se tratara que atribuyera un nivel superior a quien los tiene, generando malestares innecesarios e invalidando otras experiencias placenteras". (“Orgasmo femenino, el fenómeno que se estudia desde hace décadas y sigue sin comprenderse” Rebeca Yanke). 

Lo que más me gusta, de este artículo, es esta parte final, con lo que estoy, totalmente, de acuerdo.

Creo que basta de hacer apología de cuántos orgasmos tengo, cuánto follo o lo pronto y mucho que empecé a tener relaciones sexuales! Es cierto que, hubo una época que era más difícil hablar o acceder a esta área de nuestra vida que, a mi modo de ver, es crucial en ésta. Por lo menos, para darle más color y más matices. Ahora, si cambiamos la cantidad por "la calidad", de alguna manera, nos quedamos en situación muy similar. Y es lo que está pasando en este siglo que estamos e igual, empezamos ya, en las últimas décadas del anterior.

La vivencia de la sexualidad, la de cada uno y cada una es más importante, en sí, que la importancia de tener o no tener orgasmos. Si se dice que en las mujeres es más difícil estudiar este tema que en los hombres, no es ni más ni menos, porque se asume que éstos llegan al orgasmo, cuando eyaculan. 

Pero, permitirme crearos una duda, siguiendo un artículo que escribimos, Just Valls y yo en los años 90 (Sexualidad y mujer. Sexualidad y hombre: En busca de un diálogo) y plantearos la pregunta que él se hizo y les hizo a los hombres, en general: ¿estamos seguros que cuando eyaculamos sentimos placer, o en palabras cotidianas, tenemos orgasmos, en todas las ocasiones?

Aunque, generalmente, he estado en contra de hablar de mujeres multi-orgásmicas o encasillar cualquier momento de placer en la palabra "orgasmos", que causa tantos estragos, no justamente, deseables, en aquellas personas que creen no conseguirlos. Si me tengo que quedar con una definición de éste, me quedo con la de G. Bataille: "la pequeña muerte". 

Raquel Valero. 

           Agosto de 2020